En la adolescencia se producen numerosos cambios físicos y
psíquicos, y una nutrición adecuada es clave para hacer frente a las
necesidades especiales de esta etapa de la vida y prevenir trastornos alimentarios.
La conducta alimentaria se adquiere de forma paulatina desde
la infancia hasta la adolescencia, siendo algunos factores que influyen como la
influencia publicitaria: Televisión, radio, internet, etc.
Influencia social como, amigos, la escuela y la influencia familiar como los padres, hermanos y pareja.
Las
consecuencias de una mala alimentación son:
Mala regulación menstrual (en las mujeres).
Debilitamiento de la estructura ósea (en los hombres).
Enfermedades Diabetes, gastritis, anorexia, bulimia,
enfermedades de tipo mental, cáncer intestinal, anemia entre otras.
¿Cómo se dan este tipo de problemas?
Porque excluyen
comidas como el desayuno que es la comida más importante del día, tener bajo
consumo de calcio que se obtienen en quesos, yogures y leche; no practicando algún deporte y
teniendo despreocupación por hábitos
Saludables como consumiendo alcohol, drogas, tabaco u otras
sustancias.
Además de la ingesta
exagerada de comida rápida como lo son las pizzas, hot dog, hamburguesas, refrescos
y golosinas.
Algunas recomendaciones son:
Hay que variar el consumo de alimentos, consumiendo de todos
los grupos de la pirámide alimenticia.
No excluir el desayuno.
Hay que fomentar el consumo de cereales como pan, pasta,
arroz, etcétera. Así como de frutas frescas y enteras, verduras, hortalizas y
legumbres.
Aumentar el consumo de agua en comparación con otro tipo de
refrescos, que mayoritariamente contienen azúcares y aditivos.
Moderar el consumo de carnes, fomentando el consumo de
cereales y legumbres frente a la carne.
Se debería aumentar la ingesta de pescados en relación a la
carne.
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